La importancia de los frutos secos en la dieta y alimentación consciente

Los frutos secos tienen fibra, proteína, minerales, potasio, calcio, fósforo, hierro, zinc… También tienen vitaminas (C y E) que combaten los radicales libres, que son las moléculas responsables de las enfermedades degenerativas y del envejecimiento. También son ricos en grasas saludables e insaturadas como la famosa omega 3, especialmente buena para el correcto funcionamiento de nuestro cerebro.

Diversos estudios científicos han confirmado que el consumo regular de frutos secos disminuye la tensión arterial, el estrés, la fatiga y el cansancio gracias al aporte de ácido fólico.

El consumo de proteína de origen vegetal puede sustituir a la de origen animal, reduciéndose así el impacto medioambiental que supone  tener que deforestar las selvas del planeta para poder plantar cereales. Estos cereales son demandados en los países ricos para la cría y engorde de animales en granjas, en condiciones deplorables, encerrados sin poder apenas moverse e inflados a antibióticos y hormonas de crecimiento.  Nuestra salud mejorará al no ingerir todo este tipo de tóxicos. Lo ideal sería que cuando consumamos carne nos aseguremos que estos animales han tenido una vida digna (por ejemplo carne de caza, o derivados como los huevos de gallinas „felices“ o de corral donde están sueltas y se pueden mover….).

Es importante hacernos conscientes de lo que comemos, eligiendo alimentos saludables que realmente necesite nuestro organismo. Cuando comamos deberíamos masticar despacio, sintiendo como nos nutre. Debemos agradecer que tenemos comida, algo que por desgracia no todo el mundo en este planeta puede hacer regularmente, dejando el móvil a un lado, desechando pensamientos y emociones negativas, simplemente concentrándose en el alimento.

El efecto pirámide en los alimentos

El científico francés Antoine Bovis investigó sobre las propiedades de las pirámides tras su visita a Egipto allá por los años 30 después de observar que los animales pequeños que se introducían en los laberintos de las pirámides no podían salir y tras morir no se descomponían. 

Estas observaciones influyeron para que se llevarán a cabo numerosísimos experimentos en países como EEUU, la antigua Unión soviética, Alemania….etc., encontrándose, además del poder de conservación de los alimentos, otras muchísimas propiedades atribuibles al efecto pirámide. En cuba, desde finales de los años 80, se viene tratando con pirámides a pacientes con dolencias de diferente índole con resultados positivos, llegándose a la conclusión  de que la energía piramidal  es analgésica (combate el dolor), relajante, sedante y bacteriostática (que impide o reduce la actividad de las bacterias).

En la actualidad se sigue investigando los efectos de la energía piramidal en humanos, una de las clínicas es el Institute For Human Improvement en Texas (EEUU).

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